Entre mis postales tengo esta que sin ser la más bonita ni tener llamativos colores, está cargada de un valor sentimental inmenso, que la dirección y destinatario sean tan particulares es la guinda de esta belleza!
Mi abuelo Diego se la envió a mi abuela Carmen desde Curaçao en 1924, 7 años antes que naciera mi Mamá!
No tengo idea de cuantas personas vivían en Porlamar en 1924 pero adivino que la oficina de correos sería muy pero que muy eficiente!
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